Nuestra piel es una parte esencial en nuestro cuerpo y su aspecto y sensibilidad pueden impactar nuestro día de gran manera. Cuando tenemos la piel clara, libre de manchas y quizás con algo de brillo –somos felices. Pero, ¿con qué frecuencia tenemos ese sentimiento? No muy menudo. Si nuestra piel no sufre de pigmentación o manchas oscuras, puede tener manchas secas o enrojecimiento, o peor, manchas y acné. Por lo que se puede convertir en un problema según tu tipo de piel: puede ser demasiado seca o demasiado grasosa. La mayoría de nosotros experimentamos alguno o muchos de estos escenarios. Entonces, comprender qué lo causa puede ayudar a determinar la forma en cómo ayudar a calmar e hidratar la piel.
Vamos a desglosarlo para tí: En este primer artículo hablaremos de la piel sensible.
La piel sensible se puede definir de muchas maneras diferentes. Cuando los dermatólogos diagnostican pieles sensibles, a menudo buscan reacciones cutáneas como bultos o pústulas (pequeños bultos que pueden tener líquido/pus), pieles muy secas que pueden no proteger la piel o tienden a sonrojarse mucho. La mayoría de nosotros no definimos la piel sensible de esa manera, pero si lo haces, definitivamente tendrás que ver a un dermatólogo. Para la mayoría de nosotros, la piel sensible generalmente está asociada con productos que pican, queman o causan enrojecimiento o tienen algún tipo de efecto visual que podemos observar como resultado de usar algo sobre nuestra piel.
Algunas veces podemos determinar que nos causa una piel sensible y generalmente se detecta cuando probamos un producto nuevo por primera vez, lo que siempre es una buena señal de alarma. Pero a veces tu piel también necesita acostumbrarse a un producto, por lo que si no obtienes un resultado de inmediato, puede valer la pena intentarlo varias veces antes de decidir si es o no es para tí. Además, identificar a qué eres sensible te ayudará y la mejor manera de hacerlo es alejándose de todos aquellos productos que no te hacen bien.
Esto es lo que te recomendamos:
• Utiliza productos únicamente con ingredientes naturales y no sintéticos. Los sintéticos pueden contener toxinas e irritantes fuertes de los que quizás nunca hayas oído hablar.
• No utilices productos con parabenos (conservantes sintéticos) que se utilizan para que tus productos duren más tiempo, ya que también pueden causar irritaciones en la piel y nadie necesita de esto.
• Sulfatos como el laurel sulfato de sodio y lauril sulfato de amonio son comunes en el cuidado de la piel. Se utiliza generalmente como un agente de limpieza.
Simplemente no necesitas dañar tu piel de esta manera.
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